jueves, 4 de noviembre de 2010

Diez minutos y a dormir.

Diez minutos, un café, un momento olvidado ya antes de su existencia.
Una bocanada de humo que se escapa de mi boca, haciendo formas en el aire, retorciéndose, mostrándose satíricamente más vida que yo mismo y que los que me rodean.
Estoy haciendo el tiempo en la cafetería en frente a la universidad, antes de impartir la clase del jueves sobre filosofía contemporánea.
Algunas caras conocidas entre los parroquianos muestran gestos de desánimo, de modorra... es un día más, aparentemente otra piedra en el camino para muchos de ellos.
Odio permitirme hacer juicios sobre la demás gente, pero mi mente, también aburrida, vuela intentando interpretar semejante momento de desidia.
La conversación no fluye entre los grupos de gente, en su mayoría estudiantes. Quizá sea por la hora de la digestión, en la que la cabeza parece bajar la guardia. La hora de la siesta... la hora de la filosofía. Normal que pocos aprecien la asignatura, está claro que el problema viene de la planificación de horarios, ¿en qué estarían pensando? Al final los problemas siempre vienen de arriba, va a ser verdad que existe algo superior, incontrolable... Tendré que enfrentar a una hueste de bestias durmientes en a penas cinco minutos. Me intentaré ver a mi mismo como a un incansable caballero, un Don Quijote de la enseñanza moderna, que intentará imbuir de sabiduría, por más inútil que sea su esfuerzo, mentes tan aletargadas como la de un oso en período invernal.
Dado que la espada de Damocles comienza a ondear sobre nuestras cabezas y el poco café que queda se me ha enfriado, es hora de luchar contra cincuenta aspados gigantes, matándolos con dos mil frases aburridas, que recibirán, sin duda, como el océano una leve llovizna.
Es la hora de la filosofía, la hora de la siesta.
Pónganse cómodos...

1 comentario:

  1. Corren malos tiempos para la filosofía. Corren malos tiempos para la música. Corren malos tiempos para todo aquello que necesite de actividad cerebral...Al menos, siempre podremos disfrutar de un café, mientras vemos el mundo pasar.
    Me gustó mucho!!!!

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