— Dime Petr, ¿qué opinas del “lado oscuro de las cosas”?
— ¿mmh? — Petr enarcó una ceja mientras observaba a Gustav por encima del periódico que leía.
— Sí hombre, ya sabes. No me refiero al lado por donde no reciben la luz del sol ni nada de eso. ¿Qué opinas?
— Enserio Gustav, a veces no te sigo… — como si de algo rutinario se tratase, Petr dio un sorbo a su café y continuó leyendo la prensa.